Cuando la sensibilidad se les escurre del alma a quienes
deben arroparlos con su amor; cuando la necesidad lo impone; o cuando ya la
soledad es perenne y la vitalidad comienza a agrietarse, entonces el Hogar de Ancianos
“Lidia Doce”, de Bayamo, se hace luz para cientos de personas de la tercera
edad.
Mailenys Oliva Ferrales
Fotos: Rafael Martínez
La naturaleza le negó la posibilidad de tener hijos. Nunca
previó cómo sería el final del camino y los años hicieron lo suyo. Ahora ronda
cerca de las ocho décadas de vida, pero no se siente sola. Una familia inesperada,
inmensa y muy especial le ha vuelto a regalar la vida.