lunes, 20 de enero de 2014

Para sustituir "lo de afuera", tenemos que ponerle mucho "de adentro"



Por Armando Yero La O


Con variado énfasis en cada momento, las políticas de sustitución de importaciones y de ampliación de las exportaciones han estado presentes en las estrategias cubanas de desarrollo desde 1959. Pero no han tenido el éxito anhelado, según concuerdan economistas consultados.

Necesitamos, primero, un buen sistema productivo, eficiente, poderoso, ágil, flexible, capaz de responder a las demandas del mercado nacional lo más rápido posible y con la mejor calidad, y una cultura productiva, que en Cuba no está generalizada.

Sin eso, sustituir importaciones puede ser una gran meta que pase a convertirse, como ya sucedió, en una gran consigna.

Si no aumenta la productividad, no seremos competitivos y seguirá siendo más caro producir para sustituir, que importar.

Resulta obvio que los directores de empresas necesitan más autoridad y facultades, para decidir sobre cuestiones operativas. La centralización excesiva es un obstáculo. Todavía ocurre, por ejemplo, que un productor tiene capacidad y condiciones para una producción, y el organismo que lo dirige le planifica otra.

Nuestras cuentas de importación evidencian que mucho de lo que adquirimos fuera, podemos producirlo aquí. Por ejemplo, importamos tuercas y tornillos, teniendo plantas mecánicas prácticamente en cada provincia. 

Entre los factores que no favorecen una mejor salud de nuestra economía se destacan el exceso de centralización y trámites burocráticos, los bajos niveles de producción para cubrir la demanda interna y exportar, el deterioro del equipamiento industrial, capacidades productivas subutilizadas, con bajo nivel de inversión, y la carencia de estímulo salarial entre los trabajadores.

Sin embargo, por contradictorio que parezca, en Cuba contamos con suficiente experiencia y calificación de la fuerza de trabajo, competitividad y calidad de algunos productos cubanos, nuevos y tradicionales que continúan esperando por un desbroce del gran tinglado burocrático que hasta hoy lastra la economía de la isla.

Los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, ampliamente debatidos y analizados durante las sesiones de trabajo de la Asamblea Nacional que concluye hoy, van despejando el camino hacia un escenario mejor y más saludable para todos.

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