Texto y fotos: Lorianne Urizarri Chávez GRANMA / Cultura
Es un hecho el que a los murciélagos les guste el cine. Al menos, en el poblado granmense de Veguitas, está confirmado. |
Si el título les resulta curioso, pues un poco
más lo será esta historia. No se trata para nada de un filme de ficción, aunque
el ámbito cinematográfico está muy relacionado con el tema a tratar. La
historia comienza en el mes de septiembre del año 2011 en el pueblo de Veguitas
a poco más de 40 kilómetros de la ciudad de Bayamo, capital de la provincia
Granma.
Todo comenzó cuando un pequeño grupo de
murciélagos decidieron adoptar como hogar este cine de pueblo, el cual hasta la
fecha y a pesar del reclamo de los habitantes del lugar, todavía se mantiene
cerrado desde el dio 19 de septiembre del año 2011, según consta en el acta de
diligencia de inspección sanitaria, emitida por la inspectora de Salud Pública,
Lourdes Sariol Fernández.
Mediante el documento se procede a clausurar
el local por no cumplir las condiciones higiénico-sanitarias, indispensables
que afectan la salud de los espectadores y trabajadores de la instalación.
En el acta se procedía al cierre total del
cine hasta la eliminación total de la plaga. Pero…la triste realidad se
mantiene hasta nuestros días. Hoy, a casi año y medio del cierre, todavía no se
ha encontrado una solución al problema que desafortunadamente dejó a los
pobladores sin su preciado cine Cuba.
UN POCO DE HISTORIA
Corría el año 1915 y el señor Antonio Pérez
junto a su esposa Julia Maíllo decidió invertir todo su capital en un cine.
Algo que para el poblado de Veguitas sería un acontecimiento único en su
historia cultural.
La construcción era de madera con el piso del
mismo material y techo de cinc. Contaba con dos galerías, un escenario y tenía
capacidad para 300 espectadores. Las primeras películas eran narradas y se
trabajaba con una pequeña planta eléctrica. Las carteleras se divulgaban en los
corredores, tiendas y bares del poblado.
La primera película con voces que se proyecto fue la Pata del
Gato, de origen norteamericano, con un éxito rotundo entre los pobladores que
asistieron esa noche.
En el año 1950 fue reconstruido ahora con
ladrillos techo de cinc y madera con dos baños interiores y piso de
cemento. La frecuencia de trasmisión
aumentó desde dos a cuatro veces por semana. En 1953 cambia de dueños y es
comprado por Mario Falla y Julio Alonso quienes deciden dejar como responsable
a Julio Cesar Pérez, hijo del antiguo dueño, acción esta que facilitaba el
funcionamiento normal del cine.
En el año 1962, luego del triunfo
revolucionario deja de ser propiedad privada y recibe en los años posteriores
diversas reparaciones para mejorar la calidad y comodidad de los cinéfilos: se
instalan dos ventiladores, se pinta y cambia toda la carpintería utilizando
madera y cristales para la taquilla y puerta principal. En esta etapa pierde
capacidad y queda con 214 lunetas, cifra
esta suficiente para satisfacer las necesidades del pueblo.
Fachada del cine Cuba, actual morada de centenares de alados mamíferos |
Con los años cambian los antiguos equipos por
los proyectores de origen soviético
KU-15 y comienza a proyectarse en tandas diurnas con el objetivo de crear en
los niños y jóvenes sentimientos de amor por el séptimo arte.
El cine Cuba ha servido desde sus inicios como
teatro, local de reuniones y sala de video. Sus puertas se han abierto para
acoger a diversos artistas del ámbito local y nacional, entre ellos: Ángel
García (Antolín el Pichón); Nelson Gudín (el Bacán); Alberto El ruiseñor, y el
grupo de teatro Cascabel. Además constituye la principal opción cultural de
este pueblo rural alejado de las principales ciudades de la provincia.
DIRECTIVOS OPINAN
Ante este problema las opiniones de los
principales directivos de la institución resultan indispensables
Niurka Iser Carro (administradora del cine
Cuba):
Los murciélagos comenzaron aparecer poco apoco
y a pesar de los esfuerzos por impedir la invasión todo resultó en vano. Ya es
imposible estar dentro de la instalación por el mal olor y el peligro que ellos
representan para la salud. Desde que fue cerrado hace un año y medio los
trabajadores realizamos actividades en la localidad con el cine móvil en
coordinación con Cultura, pero lo cierto es que hasta que no se repare
completamente cambiando techo falso techo y todos los agujeros de entrada sean
sellados, no podremos prestar servicios nuevamente.
Juvencio Rodríguez Beltrán (director de cine a
instancias municipales):
En nuestras manos tuvimos planchas de
fibrocemento para cambiar el techo pero este material no era el que llevaba,
pues la inversión sería mucho mayor. Lo que se necesita es zinc, que hasta
ahora no se ha conseguido. Este era el segundo cine más crítico de la provincia
después del de Bartolomé Masó, que ya están reparando. El Ministerio de Ciencia
Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), declara a los murciélagos como especie
protegida y penaliza a las personas que dañen a estos animales en peligro. Por
tanto, las soluciones que buscamos para ahuyentarlos no cumplieron su objetivo.
Luego de conversar con los funcionarios
responsables a instancia municipal, decidí llegar hasta Armando Rosabal Ramírez
(director del centro provincial de cine) y escuchar su opinión en torno al
caso.
Desde el año 2011 el cine Cuba está previsto
en el plan presupuestario para las reparaciones. Esta no se pudo llevar a cabo
por no aparecer el material necesario (zinc) El dinero no es problema para
repararlo, ya tenemos el listado de materiales, el presupuesto (60 mil pesos) y
un poco más si se necesita, también el contrato con la empresa constructora, la
autorización de Planificación Física y otros materiales como son el falso
techo, la tela acústica, el juego de baño y la pintura.
Los murciélagos no constituyen la preocupación
fundamental, ellos solo aprovecharon las condiciones del cine para entrar,
aunque realmente son un dolor de cabeza. Ya hemos presentado situaciones
similares en otros cines de la provincia, como Pilón, Campechuela y Santa Rita,
en Jiguaní, todos fueron debidamente resueltos. Ahora la dificultad
principal es el zinc. La solución es
repararlo completamente y no dejar cobertura para que vuelvan a entrar.
LA REALIDAD DEL ASUNTO
Luego de esta amplia investigación, tras un
largo proceso de búsqueda y entrevistas, surgieron diversas incógnitas aún sin
respuesta .Si el problema no es el dinero ni la falta de voluntad para reparar
esta importante instalación social tan útil para la comunidad, entonces, ¿cuál
es el problema?
Estamos en 2013 y si desde 2011 fue clausurado
por segunda ocasión porque ya cinco años antes había estado cerrado por cuatro
meses a causa del mismo problema, ¿cuánto tiempo más es necesario para dar una
respuesta contundente a la población? Hasta la fecha, solo exhibe una escueta y
simple explicación mediante un triste cartel en la puerta del cine “Estamos
cerrados por contaminación de murciélagos”
¿Cuantos años más deben pasar para que
aparezca tan preciado material constructivo? No es falta de paciencia, los
habitantes del pueblo han dado sobradas muestras de ella y prescindido durante
demasiado tiempo de su cine, que dentro de dos años cumpliría un siglo
prestando servicios a la comunidad.
Un extremo del falso techo, donde viven y se reproducen sin cesar los murciélagos |
Las condiciones en las que se encuentra son en
extremo deplorables, basta observar sus paredes y pisos cubiertos de guano. Si
no adoptan medidas estará perdido irremediablemente, sin ninguna esperanza de
que en su pantalla se vuelva a proyectar la tan esperada película de las ocho.
Estos valiosos animales, ciertamente, no deben
ser eliminados. Soy incapaz de apoyar esa idea. Si hubieran evitado que se
instalaran en ese lugar, ahora en peligro de perder definitivamente su misión
social, no sería hoy un hogar para murciélagos.
La parte más asombrosa de la realidad, aunque
parezca increíble, es que luego de preguntar a ambos directivos si habían
comunicado al CITMA la magnitud del problema, la respuesta fue impensable: ¡NO!
No sé cómo catalogarla, si falta de
conocimiento o de preocupación. ¿Cómo puede ser posible que no hayan hecho nada
concreto al respecto?
Entre las alternativas que emplearon ninguna
resultó. Desde traer una lechuza para cazarlos, (que luego murió envenenada por
la ingestión de una malanga de jardín), hasta la instalación de focos
permanentes para ahuyentarlos con la claridad, a sabiendas del elevado costo
energético. También quitaron parte del techo para que salieran, pero
regresaron. Definitivamente, a estos mamíferos les gusta el cine y no
desistieron en su empeño de hacerlo su hogar.
Mientras, todo el pueblo sigue esperando una
solución definitiva para recuperar su cine en la mayor brevedad posible.
Resulta impensable que una instalación con esta característica social y casi
centenaria, sea abandonada de la forma en que se encuentra.
Todavía los habitantes de Veguitas mantienen
las esperanzas de volver ver esa ansiada película cubana o ese antiguo filme
norteamericano que tantas lágrimas arrancó, sin la molesta compañía de
murciélagos aficionados también al cine.
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