David Rodríguez
HISTORIA / Próceres
Hay hombres en la historia de los pueblos que merecen no
solo ser recordados siempre, sino elevados a la estatura de héroes que con sus
luces iluminan el camino de la libertad e independencia.
Bayamo vio nacer el 23 de junio de 1821, a uno de sus hijos
más gloriosos, desprendidos y revolucionarios, quien viviendo en la riqueza
prefirió luchar por la patria a costa de perderlo todo.
En Francisco Vicente Aguilera tenemos los cubanos un
referente de honestidad, patriotismo y amor a la tierra que lo vio nacer,
entregándose por completo a las labores de la lucha contra el colonialismo
español.
Fue de los precursores integrantes del primer Comité
Revolucionario, célula madre que tendría adeptos en ese afán de encontrar las
vías para organizar las estrategias iníciales para comenzar el enfrentamiento.
Bayamo hervía en las conspiraciones de aquellos hombres que
habían decidido cambiar la historia, aunque en el empeño les fuera lo más
preciado, la vida misma.
Hombre de vasta cultura, Aguilera supo ver las posibilidades
para comenzar, junto a otros próceres la larga trayectoria de lucha por la
emancipación del pueblo de la Isla.
La evolución del pensamiento de los hombres de aquella
generación, les permitió ver el mar de calamidades de aquella sociedad
colonial, un ultraje a la inteligencia humana, que ellos pretendían cambiar.
Aguilera fue grande, pero más grande aun, cuando Carlos
Manuel de Céspedes, alertado de una posible detención, adelantó la fecha del
alzamiento en La Demajagua y se sumó como un soldado más.
No reclamó lo que por derecho le correspondía, sino que se
integró justa y fielmente a las directrices emanadas a partir de la gesta en la
que Céspedes trazó las líneas para la lucha.
Fue grande Aguilera, además, en el amor a la Isla, a la
tierra donde nació y por la que no solo luchó, sino defendió aquí y en otras
latitudes cuando le correspondió trabajar desde esos sitios por la libertad de
la patria.
Por esas y otras virtudes Francisco Vicente Aguilera está en
el Olimpo de los Héroes de nuestro país, porque se entregó en cuerpo y alma al
objetivo de alcanzar la independencia.
El ilustre bayamés también contribuyó con su acción a la
unidad de los revolucionarios, en medio de las divisiones que se produjeron en
aquellos momentos.
Fue fiel a sus principios de redención, esgrimidos por la
primera República en Armas y no claudicó jamás mostrando una honestidad a
Carlos Manuel de Céspedes que algunos le criticaron.
Por decisión del Padre de la Patria salió a otras naciones
para recaudar fondos para la causa independentista, vivió siempre en la más
absoluta humildad, casi en la miseria con los bolsillos llenos de dinero.
Viviendo en las entrañas del monstruo, al decir de José
Martí, el bayamés pudo experimentar el desinterés del gobierno de ese país para
con la causa de la libertad de Cuba, expresando:
“Ayudarán a Cuba cuando Cuba se haya ayudado a sí misma.
Esperar más que eso es una vaga ilusión”.
Francisco Vicente Aguilera, cuyos restos se encuentran en
Bayamo tuvo una de las frases que lo retrataron en toda su dimensión:
“Nada tengo mientras no tenga patria.”
Patricio entre los patricios, recordamos hoy al hombre
grande, que murió en Nueva York en medio del frio y se las necesidades, lejos
de sus seres queridos y de su querida Isla a la que amó hasta el último
aliento.
Bayamo, su ciudad que se encamina a los 500 años lo venera y
lo mantiene situado en el hermoso altar de la patria, por la que luchó y murió
como un gran patriota.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario