Texto y fotos: Mailenys Oliva Ferrales
Roberto listo para comenzar la práctica del tai chi. |
Roberto Morel es un señor de 54 abriles, quien hace un año
atrás era víctima de una artritis severa que le ocasionaba rigidez muscular e
intensos dolores que solo podían calmarse con 4 y 5 inyecciones semanales.
Hoy Roberto es otro, camina con naturalidad, no es amenazado
por ninguna dolencia intensa ni requiere de tantos medicamentos.
Aunque parezca obra de magia, como el mismo lo catalogara,
tales efectos tienen su origen en la práctica del Tai chi chuan, un arte
marcial chino, cuyo fin no es hacer más fuerte físicamente al practicante, sino
cultivar su salud con la ejecución de técnicas armónicas que desarrollen su
personalidad, dándole robustez y salud.
Junto a Roberto otras 40 personas en el municipio de Bayamo
forman hace ya tres años, parte de un proyecto bajo el nombre Escuela de wushu
“Carlos Manuel de Céspedes”, que acoge tanto a niños como a jóvenes y personas
de la tercera edad, en una actividad física que brinda reconocidos beneficios
terapéuticos.
Idea del joven Licenciado en Ciencias Exactas Juan Carlos
Aguilar, quien a su labor como docente ha incorporado cada tarde, la de ser
instructor del proyecto, esta escuela que es una filial de la que radica en La
Habana ha abierto sus puertas a todas las personas que busquen bienestar físico
y mental.
Con conocimientos desde pequeño del karate, Juan Carlos
asesorado por un maestro de la provincia de Las Tunas, especializado en estas
artes marciales, inició en el 2010 la práctica del buzú no como medio de
combate, sino enfocado en su parte deportiva.
Juan Carlos Aguilar es el presidente de la escuela granmense de wushu |
“El wushu, explica Aguilar, entra a Cuba por los
descendientes chinos que habían en la Habana y las colonias chinas desplegadas
a lo largo de todo el país, este era un estilo familiar que ellos no compartían
con el resto de las personas.
“Solo con el trascurso de los años fue que estas colonias se
fueron abriendo a la sociedad cubana y demostrándole las amplias ventajas que
en materia de salud proporcionaba la realización frecuente de estos
ejercicios”.
“Lo que practicamos en nuestra provincia es el Tai chi chuan
(supremo puño), adiestramiento que en sí mismo no es terapéutico, sino la forma
de realizarlo, por eso se separaron los ejercicios de la salud de los de
combate, señala Aguilar.
“En el caso del adulto mayor que es el grupo más numeroso de
alumnos, los ejercicios son suaves, fluidos y relajan el cuerpo, pero a la vez
fortalecen la mente porque requieren de memorización.
“Incluye técnicas de respiración, desplazamientos, rutinas
de mano vacía, con espada y el tuishou o empuje de manos, los movimientos son
circulares, combinados con la respiración y conducidos por la mente,
proporcionado tranquilidad y liberando de tensiones al practicante para que
este pueda dirigir su energía vital”.
Juana Domínguez, es una de las fundadoras del proyecto,
quien tienen 60 años de edad y refiere sentirse renovada con la práctica del
Tai chi.
“Estoy en el proyecto desde que comenzó, me enteré por la
televisión de la convocatoria y decidí incorporarme porque casi no podía ni
ponerme de pie producto al dolor en las rodillas y las articulaciones y con
estos ejercicios he mejorado considerablemente.
“Todos empiezan en la cabeza y terminan en los pies. No son
difíciles de hacer, al contrario llevan a la relajación del cuerpo e inciden
positivamente en la concentración y la respiración. Yo he difundido en mi
barrio este trabajo porque considero que es muy beneficioso para la salud. ”
TAICHÍ CHUAN, MÁS QUE
UN ARTE MARCIAL: BENEFICIOS PARA LA SALUD
La amplia aceptación que esta práctica ha adquirido en el
país, está motivada fundamentalmente por los efectos positivos que el Tai chi
chuan produce en el organismo, al influir en los sistemas nervioso,
respiratorio, digestivo, circulatorio y locomotor.
En el libro de Tai Chi Chuan “Manual práctico para
desarrollar el cuerpo, relajar la mente y elevar el espíritu”, de Foen Tjoeng
Lie se integran los principales beneficios de este arte milenario, que va más
allá del combate y la defensa personal.
Según aparece en el texto, al realizar con cierta frecuencia
los ejercicios de este arte marcial se produce una sensación de bienestar y un
estado de relajación física y mental que contribuye al mejoramiento de los
reflejos, a adquirir más energía vital y a calmar el corazón.
La mejora de la respiración y de la elasticidad son dos de los múltiples beneficios de esta práctica |
En el sistema respiratorio influye sobre la respiración
consciente, conlleva a la armonía de los movimientos y aumenta la elasticidad
del tejido pulmonar, además de mejorar la oxigenación.
Por otra parte, los movimientos suaves que caracterizan al
Tai Chi Chuan pueden relajar las paredes vasculares y someter a los músculos y
a las articulaciones a un esfuerzo suave en correspondencia con la carga física
que recibe el cuerpo.
De ahí que las personas que practican el Tai Chi Chuan
disfrutan de un mejor funcionamiento cardíaco, sufran menos hipertensión y
padezcan arteriosclerosis con menor frecuencia que las personas que no lo
realizan.
Se unen a sus beneficios el hecho de que mediante esta
ejercitación se logra una mejor activación y regulación del sistema nervioso y
buen funcionamiento del aparato digestivo, por lo que puede emplearse para
tratar o prevenir numerosos trastornos tales como la pesadez de estómago, la
pérdida de apetito o el estreñimiento.
Los movimientos suaves, fluidos y circulares característicos
de esta arte someten a los músculos a un esfuerzo que sin provocar fatiga, los
mantiene fuertes, flexibles y elásticos durante mucho tiempo.
El libro también señala que el Tai Chi Chuan es un
entrenamiento óptimo para las articulaciones, pues contribuye a conservarlas
sólidas y al mismo tiempo ágiles y flexibles.
Las personas que se insertan en este mundo durante años
desarrollan en menor medida deformaciones de la columna como escoliosis
(desviación) y cifosis (curvatura hacia atrás) o el característico
encorvamiento que es consecuencia de la edad.
DE LA TEORÍA A LA
PRÁCTICA: EXPERIENCIAS EN BAYAMO
“Me enteré del proyecto a través de una vecina que me dijo
que esto era muy bueno, pues ofrecía más capacidad de vida y que seguramente aquí
podría restablecerme; así recuerda sus inicios Roberto, quien ahora “ayuda al
instructor con los nuevos alumnos”.
“El primer día fue súper difícil, en medio de la clase tenía
que hacer hasta cuatro y cinco pausas por el estado artrítico que tenía, me
habían declarado la enfermedad cuando ya estaba bastante avanzada, pero a
medida que fui haciendo más sesiones el cambio fue notable.
“Hoy aunque no estoy totalmente recuperado, me siento
diferente, esto ha sido una experiencia que de seguro me va a conllevar a tener
una vida más larga y saludable y a que cuando sea más viejito no tenga que
tomar muchos medicamentos.
“Quisiera decirle a todas las personas que padezcan de
alguna enfermedad muscular u ósea que se incorporen a esta práctica porque en wushu
(tai chi) existe una posibilidad de mejorar y de reincorporarse a la sociedad”.
Margarita Vargas, una de las recién incorporadas al grupo,
refiere cómo en tan solo meses ha notado mejoría en su estado anímico y físico.
“Decidí formar parte de esta escuela porque Armando uno de
los alumnos es diabético, cardiópata e hipertenso y desde que comenzó a
practicar el tai chi lleva tres años sin medicamento, es algo realmente
increíble.
“Por mi parte he mejorado la locomoción y el equilibrio, la
presión se me ha estabilizado y sobretodo me siento más vigorosa ante las
tareas que tengo que realizar en el hogar o el trabajo, me siento más viva”.
De esta manera cada tarde, niños, jóvenes y adultos se
reúnen en una plazoleta al aire libre, donde solo se escuchan las instrucciones
del instructor Juan Carlos, quien en esta misión llena de amor y sin beneficios
económicos va transmitiendo con cada ejercicio calma, energía y vida.
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