Karel Ricardo Roque (estudiante de Periodismo)
Fotos: Rafael Martínez Árias
Fotos: Rafael Martínez Árias
La creación de los centros para estas personas
constituye una obra del gobierno cubano para brindar asistencia médica integral a personas que hacen su vida en plazas, parques y avenidas. |
Hace unos meses su mirada era tan pobre como
su ropa. Caminaba hacia todos los
lugares sin un sentido. Hablaba, pero prácticamente nadie lo escuchaba. Unos
días comía, otros, pasaba por inadvertido un bocado de alimento en la jornada.
Sus
seres queridos ya no estaban junto a él, quizás porque la
muerte se los llevó a otro lugar o porque realmente no querían tenerlo cerca.
La soledad era su mejor compañía, a pesar de que deseaba estar en familia,
disfrutar una comida recién cocinada, dormir en un lugar agradable, conversar
con sus amigos, o recibir un abrazo de un familiar (…) Hay que poner a correr
la imaginación y llegar a la realidad. Así es la vida de los “ángeles de la
calle”, los deambulantes.
Desde el 23 de abril del 2009 en la comunidad
bayamesa de Mabay una institución abrió sus puertas para acoger pacientes con
diferentes patologías, incluso las dolencias del alma: alcohólicos, mendigos,
vagabundos, a quienes en el argot popular se les identifica como deambulantes,
personas que necesitan comprensión y amor del grupo social y familiar.
En Cuba se identifica como un trastorno de la
salud del individuo, aunque ya se
convierte en un problema social, a pesar de no reportarse cifras
significativas. Sus causas pueden estar originadas por varios fenómenos:
pérdida de seres queridos como la madre o un hijo, problemas psiquiátricos,
edad avanzada, insuficiencia mental, contrariedades en la familia, viudez,
dependencia de drogas, abandono familiar y problemas económicos.
La creación de los centros para estas personas
constituye una obra del gobierno cubano
para brindar asistencia médica integral a personas que hacen su vida en plazas,
parques y avenidas. La captación es realizada por trabajadores del departamento
municipal de Salud Mental de la capital granmense, quienes hacen la recogida
con el apoyo del Servicio Integrado de Urgencia Médica. De esta forma, los pacientes son trasladados hasta el
centro de la comunidad de Mabay.
En la provincia de Granma funcionan dos
centros con este objetivo social, uno
localizado en Mabay, y el segundo en el municipio costero de Manzanillo.
ADIÓS A
LAS CALLES
La tierra huele a caña de azúcar, y transmite su dulzura; es propio de una localidad donde se encuentra una empresa azucarera. Solo 15 kilómetros separan a Mabay de Bayamo, capital de la provincia de Granma. En esta peculiar casa nacen nuevas relaciones, se hacen amigos y atrapa por el amor y atención de sus 22 trabajadores, entre ellos, celadores, auxiliares de limpieza, cocineras, guardias, enfermeras, una administradora, una asistente y la rehabilitadora social, para brindar ayuda a 18 pacientes, hombres en su mayoría.
Es impresionante conversar con quienes
hicieron vida en la calle por varios
meses, e incluso años, y ahora
verlos cultivar no solo el huerto de la casa, sino también su corazón. Siempre
se encuentran enfrascados en labores productivas: lectura, confección de
artículos de madera, plástico y otros
materiales, atender a los animales o recrearse con la televisión o un
juego de dominó. La rehabilitación ocupacional es uno de los medios para
lograr también el vínculo y el
intercambio social incorporándolos a visitas a los museos, parques, bibliotecas y otras
actividades de la comunidad.
La atención integral a las personas vulnerables es una característica del centro |
Enelvis Aguilera Ferrales, rehabilitadora
social ocupacional del centro, asegura que el proyecto ya arroja resultados
satisfactorios, pues el objeto social es
darles atención a los pacientes, someterlos a un proceso de
rehabilitación y trabajar con la familia para reincorporarlos a su medio
social y familiar. Las personas que no tienen familia se mantienen en esta
casa hasta, en caso de que sean adultos mayores, se incorporen a un hogar de
ancianos. Los que no tienen edad para
ello, esperan la decisión de los
directivos de salud mental en el municipio o la provincia sobre qué conducta seguir.
Escuchar los testimonios, las vivencias de los “ángeles de la calle”, ratifica los deseos de
continuar el trabajo para el rescate del amor y los deseos de vivir de los
deambulantes. César asegura que en la
calle no era nadie y aquí, en esta casa, lo tiene todo, buen trato, cariño. “Nos hemos sentido muy bien, recibimos atención
médica, los locales son higiénicos y el respeto y la ayuda que nos brindan nos hace sentir en familia, como
hacía mucho tiempo no nos sentíamos”. Así se aprecia el cumplido del Héroe Nacional
de Cuba, José Martí, “Sólo el amor engendra
la maravilla, sólo el amor consigue
encender lo muerto (…) Sólo el
amor convierte en milagro el barro”.
“Con respecto a los medios materiales y la
alimentación es importante destacar que los pacientes no tienen que pagar nada.
Contamos con televisor, refrigerador, ventiladores y los cuartos con el
avituallamiento completo desde la ropa hasta las toallas. Y velamos por el
pelado y afeitado de cada uno de ellos”, asegura Ileana Escalona Echavarría, su
administradora.
Desde el Centro de Deambulantes del poblado
bayamés de Mabay varias sonrisas tejen
los recuerdos pasados, aunque no olvidados y se alientan con el deseo de grabar
en sus vidas una nueva página de confianza, amor y respecto en un lugar donde
se rompe la soledad.
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