David Rodríguez CULTURA / Patrimonio
La limpieza de la ciudad comienza cuando todavía los bayameses duermen. |
En estos tiempos, nada fáciles desde el ámbito económico,
vemos a los bayameses y visitantes, en un movimiento permanente, especialmente
en horas del día.
Ese ir y venir por la arteria peatonal que es el Paseo de la
calle General García muestra a una ciudad viva, con sus luces y sus sombras,
pero viva al fin.
Con sus luces porque hay arraigo en el sentimiento de la
mayoría de la población, que se empeña en sostener la limpieza de la ciudad.
Con sus sombras porque, en medio de ese afán, aun hay
personas descuidadas, que dejan mucho que desear y ponen un toque negativo a la imagen bella de
Bayamo.
Suerte que hay una legión de bayameses que le dedican poco
tiempo al sueño y cuando los gallos comienzan a cantar, ya han recorrido parte
de la ciudad con sus atuendos de limpieza.
Ellos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, están
enamorados de la ciudad y lo demuestran en cada jornada laboral, siempre
contentos, siempre puntuales.
Una de las experiencias más agradables se experimenta cuando
al pasar por el frente de un hogar vemos a la anciana recreando su vista,
disfrutando del amanecer del nuevo día.
A una de ellas, quizás con ocho décadas de vida, al saludarla
le preguntamos por la salud y ella responde,
solícita con esas palabras sembradas en su conciencia: "Bien, gracias a
Dios".
Más adelante otra bayamesa cargada de años y entusiasmada,
barre con su escoba las hojas caídas de la mata de guayaba que preside la
entrada de su casa.
Realmente vivir en Bayamo permite compartir los espacios con
personas que no podrían desprenderse de este pedazo de la geografía cubana,
hermoso, vital, imprescindible.
Así, con estas vivencias, el tiempo nos va llevando, poco a
poco, al medio milenio de la ciudad hecho marcado por el 5 de noviembre de
1513.
Desde ahora hasta ese instante, serán muchas las acciones
destinadas a embellecer más esta ciudad, cuyos habitantes harán todo lo posible
para resaltar sus virtudes.
Y no solo se realizarán esfuerzos en ese sentido pues hay un
propósito que justificaría cualquier celebración por la importancia social que
engendra.
Se trata de la rehabilitación del abasto de agua a la zona
norte de la ciudad de Bayamo, en la que se labora con la premura e inteligencia
que una obra de esta naturaleza demanda.
Las autoridades, del municipio de la provincia, han puesto
todo el interés necesario para hacer avanzar ese proyecto, sabiendo de la
importancia vital que tiene para esa parte de la población.
Los bayameses que con orgullo sano continúan escribiendo la
historia con las luces de la ciudad, adorando
sus símbolos y los imprescindibles sitios paradigmáticos que la
enaltecen.
Esas son las luces de la Villa donde nació Carlos Manuel de
Céspedes, el Padre de la Patria, el hombre que cambió la historia para bien de
la patria amada.
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