martes, 18 de junio de 2013

Francisco Vicente Aguilera: adalid de la libertad de Cuba



David Rodríguez   HISTORIA / Próceres

Hay hombres en la historia de los pueblos que merecen no solo ser recordados siempre, sino elevados a la estatura de héroes que con sus luces iluminan el camino de la libertad e independencia.

Bayamo vio nacer el 23 de junio de 1821, a uno de sus hijos más gloriosos, desprendidos y revolucionarios, quien viviendo en la riqueza prefirió luchar por la patria a costa de perderlo todo.

En Francisco Vicente Aguilera tenemos los cubanos un referente de honestidad, patriotismo y amor a la tierra que lo vio nacer, entregándose por completo a las labores de la lucha contra el colonialismo español.

Fue de los precursores integrantes del primer Comité Revolucionario, célula madre que tendría adeptos en ese afán de encontrar las vías para organizar las estrategias iníciales para comenzar el enfrentamiento.


Bayamo hervía en las conspiraciones de aquellos hombres que habían decidido cambiar la historia, aunque en el empeño les fuera lo más preciado, la vida misma.

Hombre de vasta cultura, Aguilera supo ver las posibilidades para comenzar, junto a otros próceres la larga trayectoria de lucha por la emancipación del pueblo de la Isla.

La evolución del pensamiento de los hombres de aquella generación, les permitió ver el mar de calamidades de aquella sociedad colonial, un ultraje a la inteligencia humana, que ellos pretendían cambiar.

Aguilera fue grande, pero más grande aun, cuando Carlos Manuel de Céspedes, alertado de una posible detención, adelantó la fecha del alzamiento en La Demajagua y se sumó como un soldado más.

No reclamó lo que por derecho le correspondía, sino que se integró justa y fielmente a las directrices emanadas a partir de la gesta en la que Céspedes trazó las líneas para la lucha.

Fue grande Aguilera, además, en el amor a la Isla, a la tierra donde nació y por la que no solo luchó, sino defendió aquí y en otras latitudes cuando le correspondió trabajar desde esos sitios por la libertad de la patria.

Por esas y otras virtudes Francisco Vicente Aguilera está en el Olimpo de los Héroes de nuestro país, porque se entregó en cuerpo y alma al objetivo de alcanzar la independencia.

El ilustre bayamés también contribuyó con su acción a la unidad de los revolucionarios, en medio de las divisiones que se produjeron en aquellos momentos.

Fue fiel a sus principios de redención, esgrimidos por la primera República en Armas y no claudicó jamás mostrando una honestidad a Carlos Manuel de Céspedes que algunos le criticaron.

Por decisión del Padre de la Patria salió a otras naciones para recaudar fondos para la causa independentista, vivió siempre en la más absoluta humildad, casi en la miseria con los bolsillos llenos de dinero.

Viviendo en las entrañas del monstruo, al decir de José Martí, el bayamés pudo experimentar el desinterés del gobierno de ese país para con la causa de la libertad de Cuba, expresando:

“Ayudarán a Cuba cuando Cuba se haya ayudado a sí misma. Esperar más que eso es una vaga ilusión”.
Francisco Vicente Aguilera, cuyos restos se encuentran en Bayamo tuvo una de las frases que lo retrataron en toda su dimensión:

“Nada tengo mientras no tenga patria.”

Patricio entre los patricios, recordamos hoy al hombre grande, que murió en Nueva York en medio del frio y se las necesidades, lejos de sus seres queridos y de su querida Isla a la que amó hasta el último aliento.

Bayamo, su ciudad que se encamina a los 500 años lo venera y lo mantiene situado en el hermoso altar de la patria, por la que luchó y murió como un gran patriota.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario