David Rodríguez SOCIEDAD / Patrimonio
Bayamo a la vera del río. |
La hermosa experiencia de vivir en Bayamo. Vivir en una
ciudad como Bayamo resulta de una estimulante experiencia.
El amanecer es apacible aquí, el silencio se apodera de
todos esos momentos previos a la salida del sol, solamente superado por ese
sonido que produce la escoba sobre el asfalto.
Sí, porque los trabajadores de servicios comunales se turnan
cada día para alegrar las mañanas con una limpieza que los caracteriza y que
sugiere un gran amor por la Villa.
Cuando se va acortando el tiempo para llegar al 5 de
noviembre el movimiento de restauración, mantenimiento y construcción se hace
más evidente y eso también anima a las mañanas.
Se trata de todo un programa que se ejecuta a veces de
manera casi anónima, que poco a poco avanza en busca de alcanzar la meta de
llegar al año 500 con la ciudad más hermosa.
Hablando de las mañanas o de esos momentos previos a la aurora,
es impresionante estar en la Plaza de la Revolución allí suceden hechos que se
deben exponer.
Las aves que invaden todos los árboles de la plaza comienzan
su sinfonía, dándole la bienvenida al sol con el sonido que las caracteriza
antes de volar a buscar sustento alimenticio.
Otro detalle es el preparativo para el izamiento de la
Enseña Nacional y la de Carlos Manuel de Céspedes, pues desde las seis de la
mañana comienza a ondear en tierra libre.
Al mismo tiempo las labores de limpieza involucran a toda
esa área y la atención a los jardines es cotidianamente realizada para darle
más belleza a ese histórico sitio bayamés.
La Plaza del Himno al amanecer |
Y hay un poquito más tarde imágenes hermosas que tienen como
sede al Círculo Infantil Pedro Pompa, en el momento en que los niños ingresan
al mismo dándoles besos a sus padres.
Ya dentro del recinto educacional comienzan las fantasías de
los pequeños, quienes en alegre irrupción inundan de voces y risas la
instalación donde preparadas mujeres los esperan.
Muy cerca de la Plaza de la Revolución hay un sitio que
desde bien temprano se viste de trabajo, alegría, comentarios de última hora y
de amistad.
Se trata del salón de limpiar zapatos donde hay siempre una
mano extendida con toda la nobleza que caracteriza a quienes trabajan allí
desde bien temprano en la mañana.
Hay más momentos clave en los amaneceres bayameses, esos
también tendrán su espacio en estos andares por la ciudad en el año de su medio
milenio.
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