Transitando por la historia de un Paseo patrimonial

Maylenis Oliva Ferrales   PATRIMONIO / Restauración
Fotos de la autora

El Paseo General García recibe los beneficios de la
restauración de inmuebles patrimoniales

No resulta extraño que la villa de San Salvador de Bayamo atraiga a múltiples foráneos movidos por el interés histórico que emana de una ciudad reconocida como la Cuna de la Nacionalidad Cubana.

Sin embargo, en las dos últimas décadas se ha vuelto recurrente también, que quienes se llegan hasta esta villa, (segunda fundada en Cuba por el colonizador español Diego Velázquez), quieran transitar y explorar de inmediato “El Paseo”.

Tal curiosidad está alimentada por las singularidades arquitectónicas, estéticas y culturales que definen a este espacio público, situado en la arteria más céntrica de la antigua ciudad, cuya condición de Paseo es única de su tipo en el país.

Ejecutado en 1996 como parte de un proyecto que se realizaba en varias ciudades cabeceras de la Isla, esta construcción arquitectónica asumió un carácter propio estrechamente vinculado a las tradiciones de la Villa, que hoy le merece el mérito de ser uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad.

Rafael Rodríguez, arquitecto e investigador de la Casa de la Nacionalidad Cubana, fue uno de los protagonistas de aquella obra que nació con nombre de bulevar, devenida luego Paseo Bayamés, quien además ha visto crecer el proyecto en todas sus etapas y hoy forma parte del equipo que realiza restauraciones allí, en homenaje al 500 aniversario de la Villa, próximo a celebrarse el 5 de noviembre de 2013.

¿Cómo surgió la idea de un Paseo, si lo que estaba previsto era la construcción de un bulevar como los restantes existentes en el país?

“Desde sus inicios el proyecto de la restauración del centro histórico de la ciudad de Bayamo fue acogido por varias instituciones como el Gobierno Municipal, Cultura y Patrimonio, además del Instituto de Planificación Física, que fue el que lanzó la convocatoria.

“Dicha convocatoria se basaba en proyectos que se estaban materializando en varias cabeceras de provincia a partir de la construcción de bulevares. Así, con esas características se crearon San Rafael, en La Habana y Enramada, en Santiago de Cuba.

“De igual manera comenzó en Bayamo. Primero se decidió que la obra se ejecutaría en la calle comercial de Bayamo, General García, pensada hasta ese momento como un bulevar que comprendía desde la Plaza de la Revolución hasta donde se encuentra situado hoy el Restaurante 1513.

“Durante la creación de los tramos que compondría el bulevar se comenzó a manejar la idea por las propias instituciones involucradas en el proyecto, de incorporarle un nombre propio a ese espacio público, con un carácter además, cultural y comercial.

El arquitecto Rafael Rodríguez forma parte del
equipo de especialistas encargados de estas tareas.

“Así empezaron a realizarse investigaciones en los archivos históricos de la ciudad, donde se encontró que en el siglo XIX las fiestas religiosas como la celebrada a la Virgen de la Caridad, la Fiesta de Reyes y de las Flores, se acostumbraba a ubicarlas en calles y al cerrarlas se convertían en zonas peatonales.

“A ese espacio los bayameses de la etapa colonial le llamaban paseo, de ahí que se decidiera asumir el nombre de Paseo General Calixto García y no abandonar el nombre original que había tenido siempre esa calle”.

¿Qué características singularizan a este Paseo?

“Está compuesto por tres arterias, un tramo que va desde la calle Canducha Figueredo hasta Saco, Saco- Figueredo y Figueredo-Lora, este fue la idea original, pero luego se le añadió un cuarto tramo que sin dudas distingue al Paseo.

“El mismo surgió a partir de las intervenciones arquitectónicas que se comenzaron a hacer con la Batalla de Ideas, en cuyo programa se incorporó la Academia de Artes Plásticas Oswaldo Guayasamín, donde antiguamente había radicado el Hotel Central.

“Los elementos incorporados a este tramo son totalmente diferentes a la concepción de un bulevar, si se tiene en cuenta que, el bulevar es una tradición europea, pues su significación está asociada a calles con árboles, mesas y un mobiliario urbano amplio.

“En Bayamo se desechó esa idea y se excluyeron también, todas las instituciones y elementos que fueran incompatibles con el proyecto desde el punto de vista arquitectónico.

“A ello se une como novedoso en el Paseo que cada una de sus cuatro arterias responden a los momentos históricos en los que se fueron ejecutando y en correspondencia también, con las particularidades de la Villa”.

¿Cuáles son los valores artísticos y patrimoniales presentes en los tramos que componen el Paseo?

“Cada uno de los tramos se trabajó con un concepto diferente y siguiendo una línea estética y patrimonial que estuviera en correspondencia con el devenir histórico de la ciudad.

“El primer tramo que es el que nace en la Plaza de la Revolución, es el más pegado al centro histórico de la ciudad y donde se encuentran ubicados numerosos inmuebles de los siglos XVIII y XIX, por lo que se trabajó sobre la base de un código colonial.

“En el segundo (Saco-Figueredo) en cambio, la relación es con la etapa de República, patentizado en las famosas tiendas de vidrieras, que se mantienen hasta hoy. En el caso del tercero, es una calle que se vinculaba con Santiago de Cuba, de mucha circulación y varios comercios relacionados con los inicios de la Revolución.

“La última arteria es un tramo más moderno y cercano a la actualidad, con un alto valor artístico, pues en ese espacio se añadió una plaza, una pérgola para los estudiantes de la Academia y un escenario, además de jardineras y árboles, pero ornamentales, para no romper con la idea del Paseo”.

Con vistas al aniversario 500 de la fundación de la Villa se está llevando a cabo un proyecto de restauración, ¿en qué consisten los principales cambios?

“De manera general se estarán dando mantenimiento con pintura y restauración de techos a algunos inmuebles que se encuentran dentro del Paseo, tanto particulares como institucionales.

“Los principales cambios estarán enfocados en el primer tramo, el cual ya sufrió una primera transformación, con la eliminación de las jardineras, que ahora permiten que el espacio se más transitable y se prevé la sustitución de la fuente por un elemento más simbólico propio de la ciudad y para ello se va a lanzar una convocatoria a artistas y creadores.

“En el caso del último tramo, se inició su proceso de conservación con la implementación del famoso concepto de arte en la calle, que incluye la creación de una galería a cielo abierto, compuesta por los elementos del río, una de las particularidades de la ciudad.

“Todas estas actividades de restauración serán extensivas también, a la Catedral de la Villa y la Plaza del Himno, centro histórico de la ciudad y antecedente del proyecto que dio inicio a la creación del Paseo”.