sábado, 29 de junio de 2013

El sol en los bayameses



David Rodríguez   SOCIEDAD / Ciudades

Pronto se abrirá el sol.
Sábado. La mañana se viste de gris pues las nubes pretenden ignorar al sol que de todos modos saldrá con toda la fuerza de siempre para hacer estallar los termómetros.

Aun así la ciudad de Bayamo se ha despertado con la cotidianidad de todos los días, moviéndose en los habitantes que la pueblan y que tienen la mirada puesta en el mes de noviembre cuando la urbe arribe a su medio milenio.

De un lado a otro de esta gran comunidad, hombres y mujeres se empeñan en dar todo el esfuerzo posible para llegar a esa fecha con una ciudad que seguirá siendo la misma, pero con matices diferentes.

En los gabinetes de investigación los historiadores hurgan en viejos documentos buscando respuestas acerca de personalidades, sitios y hechos de importancia acaecidos en la ciudad a lo largo de su existencia.

No son pocos los retos que se enfrentan de cara a los 500 años de la Villa, referencia ineludible de la nación cubana por todo lo que ha aportado a las luchas por la independencia nacional.

Por esas razones los encargados de investigar la historia bayamesa no descansan en ese empeño de poner al servicio de todos los relevantes méritos de la ciudad donde nació Carlos Manuel de Céspedes.

A ese empeño se unen los constructores quienes desde sus modernos equipos, palas, picos, concreteras y mucha convicción en su quehacer enfrentan el desafío de mejorar la vida de los bayameses.
Bayamo renueva su imagen.

Resulta estimulante que para saludar el 5  de noviembre exista la voluntad de realizar obras dirigidas a elevar el nivel de vida de la población, por ejemplo las acciones para mejorar el abasto de agua.

Las labores no resultan fáciles pues se efectúan en medio de la temporada de lluvias y en un país con dificultades económicas, originadas muchas de ellas por el bloqueo criminal que mantiene Estados Unidos contra Cuba.

Pero aun así, la capacidad creativa se pone de manifiesto y los problemas encuentran soluciones gracias al talento de constructores y los trabajadores de recursos hidráulicos.

El amanecer ha carecido de la radiante presencia del astro rey, pero no ha faltado la puntualidad de todos los involucrados en este acto de amor por Bayamo en sus respectivos puestos de labor.

De esa manera continúan las tareas de pintura de las fachadas en varias calles de la ciudad, que cobran una imagen más hermosa gracias a esos hombres y mujeres que brocha en  mano se divierten trabajando.

No hay duda, en Bayamo está pasando algo, bueno y duradero, pues lo que se hace hoy quedará como una manifestación de amor de esta generación hacia la ciudad que nos ha visto crecer y vivir.

Quizás algún proyecto quede inconcluso, pues no hay obra humana perfecta, pero lo que no puede quedar de esa manera, es el deseo de seguir ensanchando la belleza de la ciudad ahora y después del 5 de noviembre.

Todos los espacios públicos son objeto de remozamiento.
Todo lo que se hace hoy en la Ciudad del Himno Nacional Cubano, constituye un homenaje a todos los que en esta comunidad han vivido, desde los aborígenes hasta los hombres, mujeres y niños de hoy.

También un homenaje a los próceres bayameses, aquellos que se despojaron de la alcurnia, de sus riquezas y sus comodidades para compartir con sus semejantes los sacrificios de los afanes libertarios.

Hoy sábado 29 de junio, Bayamo ha amanecido envuelto en los grises colores de un día de sol, pero esa luz que llevan los ciudadanos en su fuero interior seguirá iluminando los derroteros de la Ciudad Monumento Nacional.

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