El Refugio de Fauna Delta del Cauto, segundo humedal de
importancia en el Caribe insular, alberga a una de las poblaciones más grandes
de aves acuáticas y migratorias existentes en el país.
Mailenys Oliva Ferrales
Fotos: Armando Yero
Fotos: Armando Yero
RÍO CAUTO, Granma. — Pocos sitios a lo largo de la Isla pueden ofrecer un espectáculo natural como el Refugio de Fauna Delta del Cauto, segundo humedal de importancia en el Caribe insular, que alberga a una de las poblaciones más grandes de aves acuáticas y migratorias existentes en Cuba.
Conocido como el paraíso acuático de las aves migratorias,
el Refugio está enclavado entre los dos brazos de la desembocadura del río
Cauto, extendiéndose por los municipios granmenses de Manzanillo, Río Cauto y
Yara y hasta Jobabo, en la provincia de Las Tunas.
Ostentador de la condición de sitio RAMSAR por formar parte
de los humedales más significativos del planeta el Refugio propone a los
visitantes como principal atractivo la observación de más de 140 especies de
aves acuáticas, seis de patos y varias aves endémicas de bosque, además de
distinguirse por su amplia biodiversidad, el buen estado de conservación de sus
manglares y el hecho de no tener antropización, carreteras dentro, ni
actividades de tala de árboles o incendios forestales.
A decir del director de este sitio emblemático para el ecosistema cubano, Endris Pompa Fontaine, “entre los recursos naturales de mayor impacto del Refugio se encuentran los bosques de galería y manglares, así como la biofauna acuática que cuenta con alrededor de 158 especies, destacándose las grandes poblaciones de flamencos, las cuales ya alcanzan más de 50 mil ejemplares”.
De ellos se pueden apreciar durante el recorrido el flamenco
zarapito, el rosado, el coco rojo, garzas, gaviotas, cachiporras y sevillas,
además de patos huyuyos de la Florida y aves de bosque como el carpintero
verde, el carpintero churroso y la bijirita.
Según comentó a la prensa José Manuel Corona, especialista
principal de Conservación del Refugio, quien tiene 20 años de trabajo en Flora
y Fauna, la temporada de migración que inicia con el invierno y se extiende
cerca de siete meses es la más propicia para disfrutar de las más de 50 mil
aves que llegan hasta la ciénaga, los cerca de 12 mil patos y la nidificación
(cría) de entre 15 mil y 20 mil nidos.
“Cayo Norte es un sitio ideal para nidificar las aves, anualmente allí lo hacen ocho especies de garzas de las 12 que hay en Cuba, muchas de ellas dejando pichones que pasan a formar parte del ecosistema propio del refugio”, agregó.
A este atractivo natural del Delta se suma la existencia
allí de otras especies endémicas y en peligro de extinción, así como amplias
poblaciones de reptiles como la del cocodrilo endémico acutus (americano).
“En el Delta se encuentra una de las poblaciones más grandes
de este reptil en el mundo, y esto está dado porque contamos con un criadero de
esta especie a fin de mantener el fondo genético”, aseveró Pompa Fontaine.
LAS COMUNIDADES Y EL REFUGIO
Con más de 65 mil hectáreas entre terrestres y marinas el
Refugio de Fauna Delta del Cauto se presta también para la pesca de la trucha y
la observación de especies como el manatí, la iguana, el anoris birama
(caguayo) y la jutía conga, entre otras.
Para mantener el estado de conservación del sitio y evitar
la depredación los trabajadores del Refugio han llevado, durante años, la
educación ambiental a las escuelas y a los pobladores de la comunidad, además
de la puesta en marcha de unos 15 proyectos de conservación.
“Uno de los primeros proyectos de impacto que se realizó aquí fue el de la reforestación de más de 600 hectáreas con árboles autóctonos de la zona como la algarroba del país, la caoba antillano, el tamarindo y otras a inicios del año 2000”, rememoró José Manuel.
“Fueron cinco años de trabajo intenso hasta que se logró
reforestar las márgenes del río, afectadas por la antropización del ganado
vacuno y las labores agrícolas de algunos campesinos.
“La tarea fue entonces compleja porque cada campesino tenía
que ceder esos terrenos, y por tanto, hubo que hacer un trabajo educativo de
mucho, mucho tiempo, que al final tuvo resultados positivos pues hoy se puede
apreciar cómo se ha recuperado el suelo y la biodiversidad de la fauna y la
flora del Delta.
“Ese trabajo medioambiental lo hemos mantenido en las
comunidades aledañas, sobre todo en Guamo, donde la cultura de conservación de
este ecosistema es alta; incluso hemos logrado que de esas propias comunidades
hayan salido varios de nuestros especialistas.
“También ayudamos con lo que ellos necesitan para que no nos
invadan el área, por ejemplo si quieren una madera para la construcción se la
damos y si desean pescar, le indicamos las zonas donde pueden hacerlo, siempre
que sea de una forma ecológica y no afecte el ecosistema”, añadió el especialista.
TURISMO ECOLÓGICO Y PERSPECTIVAS
A pesar de que el Refugio de Fauna constituye una excelente
propuesta para los amantes de aves acuáticas y otras especies endémicas y en
peligro de extensión, todavía sus potencialidades turísticas no son explotadas
al máximo.
“Hoy estamos realizando el turismo para la pesca deportiva
en la zona del Leonero. Este es un turismo de aventura que tiene bastante
demanda, debido a que los mayores ejemplares de trucha que se pescan en Cuba
son en esa región”, explicó Pompa Fontaine.
“Sin embargo, el avistamiento de aves aún es un proyecto que no se ha organizado bien, así como el recorrido en botes, una propuesta que en coordinación con el CITMA (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente) en Granma, pensamos pueda ponerse en marcha en un tiempo no tan lejano”, concluyó.
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