Maylenis Oliva Ferrales HÉROES / Proceso
Solo unos días lo unen a su Patria, a su familia, a su barrio, a sus amigos y a su pueblo, a todo lo que hace más de 15 años no podía disfrutar. Días de emociones encontradas, de alegrías retenidas, de angustias acalladas por la necesidad de seguir luchando y sobretodo, días que le devuelven la satisfacción única de sentirse otra vez en casa.
Así ha vivido sus primeras horas en suelo cubano René
González, uno de los cinco antiterroristas de la Isla, que se encontraba preso
en los Estados Unidos.
Aunque a esta llegada definitiva le antecedieron dos visitas
fugaces para despedir a dos de sus seres más queridos: su hermano y su padre,
René vuelve por tercera ocasión, pero como si fuese la primera, porque ha
venido para quedarse, para andar entre los suyos, para soñar y compartir los
sueños de los suyos…, para continuar combatiendo desde la trinchera de las
ideas por los suyos.
Apenas unas jornadas, hasta el venidero 16 de mayo, lo atan
a una nacionalidad que le sabe ajena, para arroparse luego con la cubana, esa
que le vio nacer, que le dio forma y que lo convirtió con su accionar junto a
sus cuatro compañeros aún presos, en un Héroe de la República de Cuba.
Decir René en la Isla, el hijo que la Patria ha recuperado,
se siente como una victoria popular, porque su lucha por más de 13 años tras
las rejas de la injusticia nunca estuvo abandonada, contó siempre con el apoyo
del pueblo, ese mismo pueblo que le saluda con respeto y admiración en las
calles.
Es solo un combate ganado, todos los cubanos lo comprendemos,
pues la batalla grande, esa que grita a los cuatro vientos el retorno también
de Antonio, Fernando, Gerardo y Ramón aún se resiste a favor de la verdad.
No obstante, le hemos robado unos instantes a la felicidad
para compartirlos con un hombre que en medio de las más precarias condiciones
de asilamiento ha sabido hacer historia sin miedo a obstáculos o represarías.
Evidentemente entusiasmado con el retorno, todos los medios
nacionales lo mostraban el pasado lunes 6 de mayo, tras iniciar su proceso para
la renuncia a la ciudadanía norteamericana, como un René fortalecido, alegre y
comprometido con la causa de sus cuatro hermanos de lucha.
Un René, a quien parece no haberle hecho mellas la
indolencia y la arbitrariedad del gobierno estadounidense, pues goza de una
capacidad de resistencia fundida en bronce, como la del Titán.
“Logramos derribar un muro”, afirmó René. Junto a él
tendremos que echar abajo con la fuerza de la verdad y la justicia otros
cuatro.
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