jueves, 14 de marzo de 2013

La profesión que elegí



Texto y foto: Clara Maylín Castillo

Pedro Mora Estrada, uno de los pilares del
periodismo granmense
Muchos piensan que cada galardón importante huele a morfol y que suele llegar encerrado en un ataúd invisible.  Sin embargo, hay casos en que el lauro no parece el colofón de una larga carrera, sino un aliciente para continuar el trabajo que un día se inició solo como un sueño.

Así sucede con el periodista Pedro Gerardo Mora Estrada, recientemente distinguido con el Premio Rubén Castillo Ramos por la Obra de la Vida. Al dialogar este hombre que dedicó más de 45 años al ejercicio de la prensa, queda excluido cualquier presagio ominoso y en su lugar afloran los deseos de vivir, de mantenerse activo y de aportar al molde de las nuevas generaciones de reporteros.

¿Cuál fue su debut en la prensa?

Yo empecé mi vida periodística con una tarea de choque. Nos enviaron en el año 68 a Puente Guillén de Río Cauto al plan de arroz a reflejar lo que acontecía. Allí estaba la brigada Che Guevara, que fue la encargada de desbrozar el área de marabú y bosque de esa zona. En condiciones de campaña, junto a la dirección del Partido, trasmitíamos diariamente desde allá para la prensa local de la entonces región Bayamo, y estamos recogiendo sus frutos, porque es el plan de arroz que conocemos. En aquel momento trabajaba en el periódico Combatientes del Cauto, una especie de tabloide, y en el 69 comencé a trabajar en el Sierra Maestra, que era el periódico del Oriente, siendo el corresponsal de la radio bayamesa.

Las condiciones de trabajo en aquellos tiempos exigían una tenacidad superior a la del periodista actual.

Las situaciones eran otras. Imagínate que para poder enviar un trabajo completo a Santiago, y posteriormente cuando trabajé como corresponsal del periódico Granma, había que mandarlo por ómnibus. Había que ir a la terminal, hablar con el chofer, coger las fotos en cartulina. Ahora tenemos otras vías. Tenemos las cámaras digitales, el correo electrónico, y eso favorece mucho al periodista.

¿Cuáles han sido los hitos de su vida profesional?

Estando como corresponsal del Sierra Maestra aquí en la región Bayamo se produjo la división político administrativa, en el año 1986, y surgió la provincia Granma. Entonces surgió un periódico al que posteriormente se le puso el nombre de La Demajagua. Yo participé en la fundación de ese medio, siendo jefe de redacción, de información, subdirector, director y reportero que atendía la defensa y la zona de la Sierra Maestra. De 1999 al 2006 fui corresponsal del periódico Granma. En este año, por solicitud del Partido, comencé a trabajar en la Asamblea Provincial del Poder Popular como especialista en prensa, divulgación y propaganda. El año pasado me jubilé como funcionario y actualmente estoy colaborando con las páginas web de la televisión y Radio Bayamo.

¿Cuáles eran sus temas preferidos?

Me especialicé en la rama de la defensa. También atendí con mucho gusto la Sierra Maestra, el naciente Plan Turquino. He trabajado bastante el tema ecológico; incluso todavía pueden ver muchos trabajos míos en las páginas web. El tema militar tuve que reflejarlo porque fui corresponsal en la guerra de Angola en 1980 y todo lo desarrollé con mucho agrado, porque el periodismo fue la carrera que yo debí escoger. Por eso en tiempos de cansancio, en tiempos de peligro, lo hice siempre con mucho deseo, con mucha entrega.

Aunque un periodista tiene un espectro laboral muy amplio, siempre algún hecho o situación acapara su simpatía. ¿Cuáles fueron los mejores momentos de su carrera?

Uno de los mejores momentos fue la atención a la Sierra Maestra. De hecho, nosotros tuvimos en el periódico La Demajagua una sección, “Gente de la Sierra Maestra”. También fue muy importante trabajar cerca de la dirección del país en sus visitas a nuestra provincia, sobre todo la visita de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, no solo como un privilegio, sino como una enseñanza. Y el trabajo de corresponsal en Angola representó mucho para mí también, pues reflejé la vida de los colaboradores civiles y de los militares.

¿Cómo valora el periodismo actual en nuestra provincia?

Me satisface el trabajo de los nuevos pinos. Hay que enfrentar retos grandes, pero yo creo que están en condiciones. Sí quisiera aconsejarles que se preparen mejor política e ideológicamente, que sigan siempre fieles a la Revolución, cerrando filas con el Partido. También que estudien más y que aprovechen los beneficios de la ciencia y la técnica para enfrentar los nuevos tiempos, que son difíciles.

En su opinión, ¿cuál es el arma más poderosa de un periodista?

La comunicación con su pueblo. Eso se estudia, se aprende, se perfecciona. No se puede perder el vínculo con la población, hay que conversar con los trabajadores, con los campesinos. Yo te puedo decir que la mayoría de los trabajos míos que impactaron fueron sugeridos por la población, personas que me daban las pistas y yo las seguía. Así surgieron mis trabajos más impactantes, del propio pueblo.

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