viernes, 27 de mayo de 2016

La “agridulce” molida del central granmense Roberto Ramírez

El central niquereño “Roberto Ramírez”, de Granma, no marcha al ritmo esperado debido, entre otras causas, a la mala calidad de las cañas recibidas en los últimos días.

Texto y fotos: Mailenys Oliva Ferrales

A pesar de no haber tenido grandes contratiempos en el proceso industrial, el central niquereño “Roberto Ramírez”, de Granma, no marcha al ritmo esperado debido, entre otras causas, a la mala calidad de las cañas recibidas en los últimos días.

 La UEB (Unidad Empresarial de Base), que durante el pasado 2015 sufrió un incendio cuyas consecuencias impidieron la arrancada a tiempo en la actual temporada de molida, previó al inicio de la zafra un plan de 25 mil 411 toneladas de azúcar; propósito que ya comienza a dar señales de incumplimiento.

“Nosotros arrancamos la zafra con más de 20 días de atraso a la espera del equipo dañado por el incendio y esto fue desfasando un poco la madurez de la caña, aunque en este momento tenemos cumplidas 22 mil 807 toneladas de azúcar, lo que significa que la zafra vino marchando favorablemente hasta los primeros días del mes de mayo”, explicó Rafael Almaguer, Jefe de Producción de la citada UEB, quien añadió:

“Sin embargo, a raíz de las lluvias que han comenzado a caer desde el pasado cuatro de mayo, causantes de que la caña que estaba en los campos a parte de estar quemada no se pudiera sacar a tiempo, se ha deteriorado considerablemente nuestra producción, debido a que esta caña viene con muy mala calidad y baja los parámetros de eficiencia del central”.

Según explicó el Jefe de Producción, por sus características, este tipo de caña que recibe ahora la UEB niquereña proporciona poca azúcar, se dificulta la obtención de una óptima calidad de la misma y sirve prácticamente solo para miel.

“Este año nuestro central no ha tenido grandes tiempos perdidos por rotura, e incluso hemos continuado moliendo con las que se han presentado para no parar la producción, siempre que estas no comprometieran el proceso industrial, ni la calidad de la azúcar y a pesar de que exigiera un esfuerzo mayor de los trabajadores; pero independientemente de esa voluntad con el ritmo actual necesitaríamos más de un mes para poder cumplir”, auguró Almaguer.

“De todas maneras el compromiso que tenemos los agroindustriales del Roberto Ramírez es seguirle sacando a las cañas que nos lleguen el máximo de azúcar para seguir aportando a la economía del país”, concluyó.

Con la apremiante de tener a las puertas el período lluvioso en la región, todo apunta a que el cierre de la molida en el Roberto Ramírez tendrá un sabor más bien “agridulce”, teniendo en cuenta que aún faltaban por producir al momento de la visita de la prensa a la industria niquereña unas dos mil 600 toneladas.


Minimizar el incumplimiento se convierte, por tanto, en un empeño de sus más de 400 trabajadores, quienes deberán enfrascarse a tiempo completo en la producción en aras de aprovechar hasta el último grano de azúcar posible.  

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