viernes, 3 de enero de 2014

El tiempo pasa y…



Por Armando Yero La O

El tiempo pasa y algunas de las consignas que tuvieron una justificada presencia en nuestro discurso, de frente a la presión del bloqueo norteamericano contra Cuba, han dejado de tener sentido.

Sin embargo todavía quedan algunos que las enarbolan como si aun estuviéramos suspendidos en la azarosa década de los 60.

Ahora, en este minuto, las circunstancias son otras, a pesar de que el cerco económico del imperialismo continúa inalterable en su forma y esencia. Dicho de forma más simple: no sólo llegó la hora de cambiar el discurso, sino también de pasar de la tesis de la “resistencia” a la de producción con eficiencia.

Nuestro modelo, vale decir, el socialismo, no tiene por qué estar divorciado de la abundancia en alimentos y otros bienes de consumo. Es hora de realizar los cambios necesarios para que en la mesa del cubano se manifiesten de manera concreta las bondades de la Revolución.

Nadie puede negar (porque ni el mismo Marx cayó en tal ingenuidad) que el socialismo también es material. Negar las necesidades materiales del ser humano en aras de un llamado a la “resistencia” que ya no guarda relación con las circunstancias actuales, es poco serio.

Según Marx y Engels, el principal reto de los revolucionarios es acometer los cambios necesarios en el espacio y tiempo correctos para superar las contradicciones naturales de la vida social sin dejar de defender los principios del socialismo.

Junto a la ofensiva ideológica tiene que ir la económica, que debe implicar producción real, productividad, eficiencia, salarios suficientes para satisfacer las necesidades mínimas indispensables, estimulación al trabajo creador y en general, un nuevo enfoque de la integración al proyecto revolucionario, de las generaciones más jóvenes de cubanos esto es, los que nacieron durante la etapa más dura del Período Especial.

No hay razones para arrepentirse de lo que hasta ahora se ha hecho, a pesar de los errores que se cometieron, pero ha pasado el tiempo y tenemos que abrirnos a otra etapa en la que trabajar para que la actual generación de jóvenes pueda asegurar la continuidad del socialismo en Cuba.

El socialismo en Cuba tiene que estar a tono con el presente. El socialismo puede modernizarse sin renunciar a sus principios esenciales. Vayan a las fuentes originales y lo entenderán. Marx y Engels no se equivocaron.

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