miércoles, 15 de enero de 2014

Contra silencios y vacíos informativos, empezar por casa


Por Zenaida Ferrer Martínez


“La prensa tiene que cambiar”. La frase no debiera convertirse en una manida y hueca repetición que más que propiciar la transformación  de nuestros medios y periodistas, incite a la autocondolencia y a la queja cotidiana. Pero empezar por casa, con lo que nos compete a las y los profesionales de la prensa sería un buen comienzo.

La exhortación no viene solo de arriba, las y los periodistas llevamos mucho tiempo queriendo que cambie nuestra prensa, queriendo cambiar nosotros mismos, estudiando, preparándonos, asimilando conceptos y técnicas modernas para, a la vez que logremos mejorar nuestros órganos de prensa tradicionales, podamos incursionar con éxito en el universo inmenso y sin fin que es Internet. Y los jóvenes que van egresando de nuestras universidades nos conminan a cambiar o perecer.

Entonces la Unión de Periodistas de Cuba hace un Pleno de su Comité Nacional, sustancioso y valiente en planteamientos, con críticas hacia lo interno y hacia las políticas que en el país casi impiden esa transformación de que hablamos. Un pleno al que asistió el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz Canel, quien dialogó de tú a tú con los asistentes. Una reunión que tuvo cobertura en vivo y en directo por nuestro sitio Cubaperiodistas.cu  y ¿saben qué? Casi ninguno –por no ser radical- de nuestros medios de prensa en el país, replicó, comentó o si quiera hizo alusión a esta importante cita, donde colegas con alta profesionalidad, compromiso y valentía plantearon criterios y opiniones que competen al gremio.

Resulta que los integrantes del Comité Nacional de la organización fueron electos en un amplio y democrático proceso realizado en todas las delegaciones del país. Los que ahí figuran no están puestos de a dedo, fueron seleccionados con el voto directo y secreto de las y los afiliados de la Upec, como también quienes integran la Presidencia nacional. Entonces fue una reunión de periodistas que tienen la responsabilidad de ser voceros de lo que piensa y siente el gremio en su totalidad. Y puedo afirmar que así lo hacemos cada vez que nos reunimos.

En este Pleno en especial, uno de los temas candentes abordados estuvo referido a la competencia o no de los cuadros de la prensa en la actualidad, y por ello se invitó (más que otras veces) a un numeroso grupo de directores de medios de prensa nacionales y directivos del ICRT. De ahí que asistieron y participaron activamente en los debates, directores de medios y periodistas de filas.

¿Cómo entender entonces, que ninguno de los medios se sintiera compelido a escribir, a contar, a narrar o a reproducir al menos, lo que sus colegas de Cubaperiodistas redactaron y graficaron en cada momento sobre la reunión, cuando los análisis recogieron el sentir de las y los profesionales del sector y en muchos casos, el de la población cubana de la que somos parte inseparable?

¿Quién dijo que la información era secreta? ¿Alguien exigió silencio sepulcral sobre lo tratado como pacto de masones? ¿Algún dirigente del Partido allí presente, como Rolando Alfonso Borges, miembro del Comité Central y jefe de su departamento ideológico, habló solo para los presentes y no para el gremio todo, con énfasis en aspectos que serían bien acogidos por lectores, oyentes y televidentes?

Nos maltratamos entre nosotros mismos. Algo que sucede demasiado seguido, para mi gusto. Nos quejamos de vacíos informativos sobre temas del gobierno, y sembramos inmensos vacíos cuando se trata de asuntos que nos competen, como realzar las figuras de nuestros premios nacionales y/o provinciales de periodismo, o trasmitir lo que la dirección de la Unión de Periodistas de Cuba viene haciendo durante 50 años para que la organización no sea una quimera, sino un instrumento al servicio de la profesión más apasionante y noble que existe, y que siempre es un acto de fe y de servicio a sus públicos.

En este II Pleno una compañera señaló que en el resumen cultural del 2013 hecho por los medios no se incluyó el IX Congreso de la Upec, uno de los principales eventos de ese año. ¿Es que acaso los periodistas no actuamos como protagonistas para la actualización de los cambios económicos y sociales que se dan en el país? Apunto que nuestra centenaria Bohemia fue una excepción en cuanto a citar nuestro congreso como evento cultural trascendente en esa etapa.

Así las cosas, como dijera uno de nuestros colegas de la TV, me abrogo el derecho de utilizar las mismas páginas que llenamos con mucha y variada información sobre lo ocurrido en este II Pleno del Comité Nacional de la Upec, para reiterar la frase “la prensa tiene que cambiar”.

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