domingo, 30 de junio de 2013

Murciélagos cinéfilos



Texto y fotos: Lorianne Urizarri Chávez   GRANMA / Cultura

Es un hecho el que a los murciélagos les guste el cine. Al
menos, en el poblado granmense de Veguitas, está
confirmado.
Si el título les resulta curioso, pues un poco más lo será esta historia. No se trata para nada de un filme de ficción, aunque el ámbito cinematográfico está muy relacionado con el tema a tratar. La historia comienza en el mes de septiembre del año 2011 en el pueblo de Veguitas a poco más de 40 kilómetros de la ciudad de Bayamo, capital de la provincia Granma.

Todo comenzó cuando un pequeño grupo de murciélagos decidieron adoptar como hogar este cine de pueblo, el cual hasta la fecha y a pesar del reclamo de los habitantes del lugar, todavía se mantiene cerrado desde el dio 19 de septiembre del año 2011, según consta en el acta de diligencia de inspección sanitaria, emitida por la inspectora de Salud Pública, Lourdes Sariol Fernández.

Mediante el documento se procede a clausurar el local por no cumplir las condiciones higiénico-sanitarias, indispensables que afectan la salud de los espectadores y trabajadores de la instalación.

En el acta se procedía al cierre total del cine hasta la eliminación total de la plaga. Pero…la triste realidad se mantiene hasta nuestros días. Hoy, a casi año y medio del cierre, todavía no se ha encontrado una solución al problema que desafortunadamente dejó a los pobladores sin su preciado cine Cuba.

UN POCO DE HISTORIA

Corría el año 1915 y el señor Antonio Pérez junto a su esposa Julia Maíllo decidió invertir todo su capital en un cine. Algo que para el poblado de Veguitas sería un acontecimiento único en su historia cultural.

La construcción era de madera con el piso del mismo material y techo de cinc. Contaba con dos galerías, un escenario y tenía capacidad para 300 espectadores. Las primeras películas eran narradas y se trabajaba con una pequeña planta eléctrica. Las carteleras se divulgaban en los corredores, tiendas y bares del poblado.

La primera película  con voces que se proyecto fue la Pata del Gato, de origen norteamericano, con un éxito rotundo entre los pobladores que asistieron esa noche.

En el año 1950 fue reconstruido ahora con ladrillos techo de cinc y madera con dos baños interiores y piso de cemento.  La frecuencia de trasmisión aumentó desde dos a cuatro veces por semana. En 1953 cambia de dueños y es comprado por Mario Falla y Julio Alonso quienes deciden dejar como responsable a Julio Cesar Pérez, hijo del antiguo dueño, acción esta que facilitaba el funcionamiento normal del cine.

En el año 1962, luego del triunfo revolucionario deja de ser propiedad privada y recibe en los años posteriores diversas reparaciones para mejorar la calidad y comodidad de los cinéfilos: se instalan dos ventiladores, se pinta y cambia toda la carpintería utilizando madera y cristales para la taquilla y puerta principal. En esta etapa pierde capacidad  y queda con 214 lunetas, cifra esta suficiente para satisfacer las necesidades del pueblo.

Fachada del cine Cuba, actual morada de centenares de
alados mamíferos
Con los años cambian los antiguos equipos por los proyectores de origen  soviético KU-15 y comienza a proyectarse en tandas diurnas con el objetivo de crear en los niños y jóvenes sentimientos de amor por el séptimo arte.

El cine Cuba ha servido desde sus inicios como teatro, local de reuniones y sala de video. Sus puertas se han abierto para acoger a diversos artistas del ámbito local y nacional, entre ellos: Ángel García (Antolín el Pichón); Nelson Gudín (el Bacán); Alberto El ruiseñor, y el grupo de teatro Cascabel. Además constituye la principal opción cultural de este pueblo rural alejado de las principales ciudades  de la provincia.

DIRECTIVOS OPINAN

Ante este problema las opiniones de los principales directivos de la institución resultan indispensables

Niurka Iser Carro (administradora del cine Cuba):
Los murciélagos comenzaron aparecer poco apoco y a pesar de los esfuerzos por impedir la invasión todo resultó en vano. Ya es imposible estar dentro de la instalación por el mal olor y el peligro que ellos representan para la salud. Desde que fue cerrado hace un año y medio los trabajadores realizamos actividades en la localidad con el cine móvil en coordinación con Cultura, pero lo cierto es que hasta que no se repare completamente cambiando techo falso techo y todos los agujeros de entrada sean sellados, no podremos prestar servicios nuevamente.

Juvencio Rodríguez Beltrán (director de cine a instancias municipales):
En nuestras manos tuvimos planchas de fibrocemento para cambiar el techo pero este material no era el que llevaba, pues la inversión sería mucho mayor. Lo que se necesita es zinc, que hasta ahora no se ha conseguido. Este era el segundo cine más crítico de la provincia después del de Bartolomé Masó, que ya están reparando. El Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), declara a los murciélagos como especie protegida y penaliza a las personas que dañen a estos animales en peligro. Por tanto, las soluciones que buscamos para ahuyentarlos no cumplieron su objetivo.

Luego de conversar con los funcionarios responsables a instancia municipal, decidí llegar hasta Armando Rosabal Ramírez (director del centro provincial de cine) y escuchar su opinión en torno al caso.

Desde el año 2011 el cine Cuba está previsto en el plan presupuestario para las reparaciones. Esta no se pudo llevar a cabo por no aparecer el material necesario (zinc) El dinero no es problema para repararlo, ya tenemos el listado de materiales, el presupuesto (60 mil pesos) y un poco más si se necesita, también el contrato con la empresa constructora, la autorización de Planificación Física y otros materiales como son el falso techo, la tela acústica, el juego de baño y la pintura.

Los murciélagos no constituyen la preocupación fundamental, ellos solo aprovecharon las condiciones del cine para entrar, aunque realmente son un dolor de cabeza. Ya hemos presentado situaciones similares en otros cines de la provincia, como Pilón, Campechuela y Santa Rita, en Jiguaní, todos fueron debidamente resueltos. Ahora la dificultad principal  es el zinc. La solución es repararlo completamente y no dejar cobertura para que vuelvan a entrar.

LA REALIDAD DEL ASUNTO

Luego de esta amplia investigación, tras un largo proceso de búsqueda y entrevistas, surgieron diversas incógnitas aún sin respuesta .Si el problema no es el dinero ni la falta de voluntad para reparar esta importante instalación social tan útil para la comunidad, entonces, ¿cuál es el problema? 

Estamos en 2013 y si desde 2011 fue clausurado por segunda ocasión porque ya cinco años antes había estado cerrado por cuatro meses a causa del mismo problema, ¿cuánto tiempo más es necesario para dar una respuesta contundente a la población? Hasta la fecha, solo exhibe una escueta y simple explicación mediante un triste cartel en la puerta del cine “Estamos cerrados por contaminación de murciélagos”

¿Cuantos años más deben pasar para que aparezca tan preciado material constructivo? No es falta de paciencia, los habitantes del pueblo han dado sobradas muestras de ella y prescindido durante demasiado tiempo de su cine, que dentro de dos años cumpliría un siglo prestando servicios a la comunidad.

Un extremo del falso techo, donde viven y se reproducen
sin cesar los murciélagos
Las condiciones en las que se encuentra son en extremo deplorables, basta observar sus paredes y pisos cubiertos de guano. Si no adoptan medidas estará perdido irremediablemente, sin ninguna esperanza de que en su pantalla se vuelva a proyectar la tan esperada película de las ocho.

Estos valiosos animales, ciertamente, no deben ser eliminados. Soy incapaz de apoyar esa idea. Si hubieran evitado que se instalaran en ese lugar, ahora en peligro de perder definitivamente su misión social, no sería hoy un hogar para murciélagos.

La parte más asombrosa de la realidad, aunque parezca increíble, es que luego de preguntar a ambos directivos si habían comunicado al CITMA la magnitud del problema, la respuesta fue impensable: ¡NO!

No sé cómo catalogarla, si falta de conocimiento o de preocupación. ¿Cómo puede ser posible que no hayan hecho nada concreto al respecto?

Entre las alternativas que emplearon ninguna resultó. Desde traer una lechuza para cazarlos, (que luego murió envenenada por la ingestión de una malanga de jardín), hasta la instalación de focos permanentes para ahuyentarlos con la claridad, a sabiendas del elevado costo energético. También quitaron parte del techo para que salieran, pero regresaron. Definitivamente, a estos mamíferos les gusta el cine y no desistieron en su empeño de hacerlo su hogar.

Mientras, todo el pueblo sigue esperando una solución definitiva para recuperar su cine en la mayor brevedad posible. Resulta impensable que una instalación con esta característica social y casi centenaria, sea abandonada de la forma en que se encuentra.

Todavía los habitantes de Veguitas mantienen las esperanzas de volver ver esa ansiada película cubana o ese antiguo filme norteamericano que tantas lágrimas arrancó, sin la molesta compañía de murciélagos aficionados también al cine.

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