lunes, 20 de mayo de 2013

¡Qué la noche la del sábado!



David Rodríguez   CULTURA / Música
El cantautor dominicano fue ovacionado por el público
bayamés
La del sábado fue una de esas noches en las que se desearía detener el tiempo para disfrutar aún más de la buena música que seres humanos maravillosos pueden regalar a un auditorio heterogéneo, pero sincero.
Sucedió en el Teatro Bayamo esa manifestación de la cultura que es la música, la que llevamos por dentro y que nos eleva espiritualmente con el noble fin de convertirnos en mejores personas.
Y qué bueno que haya sido un amigo dominicano quien haya puesto a funcionar sus musas asentadas en un talento indiscutible, el que nos trajera desde su hermosa tierra esas bachatas de la mente y del corazón.

Víctor Víctor conquistó al público bayamés desgranando hermosos temas acompañado por virtuosos músicos que hicieron lo suyo para engrandecer la noche.
Quisqueya tomó a Bayamo esa noche sabatina, lluviosa y de momento oscura, pero surgió la luz de la Mesita de Noche para iluminar las almas que abarrotaron el teatro en busca de la aurora que es la música.
El distinguido cantante dedicó su actuación a los 500 años de Bayamo y prometió volver para dejarnos su impronta a través de las musas y de su fuerte voz cautivando, convenciendo, triunfando.
Lo ocurrido se constituyó en elevada y magistral presentación en una ciudad cuyos habitantes saben discernir entre lo bueno de un tema y otro tipo de música que no dice nada pero traiciona las esencias.
No solo fue el acto de escuchar las bachatas que Víctor ha concebido, también fueron totalmente disfrutables las inspiraciones de Luis Díaz, ese monumento humano nacido para sembrar felicidad a través de la música.
El público aceptó con aplausos las versiones de composiciones de Silvio y Pablo llevadas al tiempo de bachata y que Víctor interpretó con la audacia de los grandes.
Bayamo creció aún más el sábado último, porque cuando la música se establece como puente entre las naciones el mundo mejora lo que permite avizorar que se puede vivir en paz y concordia.
Y si ese puente se establece entre dos naciones hermanas como Cuba y República Dominicana entonces el corazón se apresura en sus latidos pues las emociones se alimentan de la savia de la música.
En el peregrinar por el pentagrama vale reconocer la autenticidad y el talento de los músicos que acompañaron a Víctor Victor: Ramón, Ordóñez y Joel, trío selecto que elevó la noche a planos estelares con su virtuosismo.
Hermosa noche la del sábado que parecía presagiar un diluvio, detenido gracias a la música, la devoción y al amor que cuatro artistas entregaron para sellar un encuentro que tendrá segundas partes.







No hay comentarios.:

Publicar un comentario