martes, 16 de abril de 2013

Tai chi chuan, medicina natural para la vida



Texto y fotos: Mailenys Oliva Ferrales

Roberto listo para comenzar la práctica del tai chi.
Roberto Morel es un señor de 54 abriles, quien hace un año atrás era víctima de una artritis severa que le ocasionaba rigidez muscular e intensos dolores que solo podían calmarse con 4 y 5 inyecciones semanales.

Hoy Roberto es otro, camina con naturalidad, no es amenazado por ninguna dolencia intensa ni requiere de tantos medicamentos.

Aunque parezca obra de magia, como el mismo lo catalogara, tales efectos tienen su origen en la práctica del Tai chi chuan, un arte marcial chino, cuyo fin no es hacer más fuerte físicamente al practicante, sino cultivar su salud con la ejecución de técnicas armónicas que desarrollen su personalidad, dándole robustez y salud.


Junto a Roberto otras 40 personas en el municipio de Bayamo forman hace ya tres años, parte de un proyecto bajo el nombre Escuela de wushu “Carlos Manuel de Céspedes”, que acoge tanto a niños como a jóvenes y personas de la tercera edad, en una actividad física que brinda reconocidos beneficios terapéuticos.

Idea del joven Licenciado en Ciencias Exactas Juan Carlos Aguilar, quien a su labor como docente ha incorporado cada tarde, la de ser instructor del proyecto, esta escuela que es una filial de la que radica en La Habana ha abierto sus puertas a todas las personas que busquen bienestar físico y mental.

Con conocimientos desde pequeño del karate, Juan Carlos asesorado por un maestro de la provincia de Las Tunas, especializado en estas artes marciales, inició en el 2010 la práctica del buzú no como medio de combate, sino enfocado en su parte deportiva.
Juan Carlos Aguilar es el presidente de la
escuela granmense de wushu

“El wushu, explica Aguilar, entra a Cuba por los descendientes chinos que habían en la Habana y las colonias chinas desplegadas a lo largo de todo el país, este era un estilo familiar que ellos no compartían con el resto de las personas.

“Solo con el trascurso de los años fue que estas colonias se fueron abriendo a la sociedad cubana y demostrándole las amplias ventajas que en materia de salud proporcionaba la realización frecuente de estos ejercicios”.

“Lo que practicamos en nuestra provincia es el Tai chi chuan (supremo puño), adiestramiento que en sí mismo no es terapéutico, sino la forma de realizarlo, por eso se separaron los ejercicios de la salud de los de combate, señala Aguilar.

“En el caso del adulto mayor que es el grupo más numeroso de alumnos, los ejercicios son suaves, fluidos y relajan el cuerpo, pero a la vez fortalecen la mente porque requieren de memorización.

“Incluye técnicas de respiración, desplazamientos, rutinas de mano vacía, con espada y el tuishou o empuje de manos, los movimientos son circulares, combinados con la respiración y conducidos por la mente, proporcionado tranquilidad y liberando de tensiones al practicante para que este pueda dirigir su energía vital”.

Juana Domínguez, es una de las fundadoras del proyecto, quien tienen 60 años de edad y refiere sentirse renovada con la práctica del Tai chi.

“Estoy en el proyecto desde que comenzó, me enteré por la televisión de la convocatoria y decidí incorporarme porque casi no podía ni ponerme de pie producto al dolor en las rodillas y las articulaciones y con estos ejercicios he mejorado considerablemente.

“Todos empiezan en la cabeza y terminan en los pies. No son difíciles de hacer, al contrario llevan a la relajación del cuerpo e inciden positivamente en la concentración y la respiración. Yo he difundido en mi barrio este trabajo porque considero que es muy beneficioso para la salud. ”

TAICHÍ CHUAN, MÁS QUE UN ARTE MARCIAL: BENEFICIOS PARA LA SALUD

La amplia aceptación que esta práctica ha adquirido en el país, está motivada fundamentalmente por los efectos positivos que el Tai chi chuan produce en el organismo, al influir en los sistemas nervioso, respiratorio, digestivo, circulatorio y locomotor.

En el libro de Tai Chi Chuan “Manual práctico para desarrollar el cuerpo, relajar la mente y elevar el espíritu”, de Foen Tjoeng Lie se integran los principales beneficios de este arte milenario, que va más allá del combate y la defensa personal.

Según aparece en el texto, al realizar con cierta frecuencia los ejercicios de este arte marcial se produce una sensación de bienestar y un estado de relajación física y mental que contribuye al mejoramiento de los reflejos, a adquirir más energía vital y a calmar el corazón.

La mejora de la respiración y de la elasticidad son dos
de los múltiples beneficios de esta práctica
En el sistema respiratorio influye sobre la respiración consciente, conlleva a la armonía de los movimientos y aumenta la elasticidad del tejido pulmonar, además de mejorar la oxigenación.

Por otra parte, los movimientos suaves que caracterizan al Tai Chi Chuan pueden relajar las paredes vasculares y someter a los músculos y a las articulaciones a un esfuerzo suave en correspondencia con la carga física que recibe el cuerpo.

De ahí que las personas que practican el Tai Chi Chuan disfrutan de un mejor funcionamiento cardíaco, sufran menos hipertensión y padezcan arteriosclerosis con menor frecuencia que las personas que no lo realizan.

Se unen a sus beneficios el hecho de que mediante esta ejercitación se logra una mejor activación y regulación del sistema nervioso y buen funcionamiento del aparato digestivo, por lo que puede emplearse para tratar o prevenir numerosos trastornos tales como la pesadez de estómago, la pérdida de apetito o el estreñimiento.

Los movimientos suaves, fluidos y circulares característicos de esta arte someten a los músculos a un esfuerzo que sin provocar fatiga, los mantiene fuertes, flexibles y elásticos durante mucho tiempo.

El libro también señala que el Tai Chi Chuan es un entrenamiento óptimo para las articulaciones, pues contribuye a conservarlas sólidas y al mismo tiempo ágiles y flexibles.

Las personas que se insertan en este mundo durante años desarrollan en menor medida deformaciones de la columna como escoliosis (desviación) y cifosis (curvatura hacia atrás) o el característico encorvamiento que es consecuencia de la edad.

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA: EXPERIENCIAS EN BAYAMO

“Me enteré del proyecto a través de una vecina que me dijo que esto era muy bueno, pues ofrecía más capacidad de vida y que seguramente aquí podría restablecerme; así recuerda sus inicios Roberto, quien ahora “ayuda al instructor con los nuevos alumnos”.

“El primer día fue súper difícil, en medio de la clase tenía que hacer hasta cuatro y cinco pausas por el estado artrítico que tenía, me habían declarado la enfermedad cuando ya estaba bastante avanzada, pero a medida que fui haciendo más sesiones el cambio fue notable.

“Hoy aunque no estoy totalmente recuperado, me siento diferente, esto ha sido una experiencia que de seguro me va a conllevar a tener una vida más larga y saludable y a que cuando sea más viejito no tenga que tomar muchos medicamentos.

“Quisiera decirle a todas las personas que padezcan de alguna enfermedad muscular u ósea que se incorporen a esta práctica porque en wushu (tai chi) existe una posibilidad de mejorar y de reincorporarse a la sociedad”.

Margarita Vargas, una de las recién incorporadas al grupo, refiere cómo en tan solo meses ha notado mejoría en su estado anímico y físico.

“Decidí formar parte de esta escuela porque Armando uno de los alumnos es diabético, cardiópata e hipertenso y desde que comenzó a practicar el tai chi lleva tres años sin medicamento, es algo realmente increíble.

“Por mi parte he mejorado la locomoción y el equilibrio, la presión se me ha estabilizado y sobretodo me siento más vigorosa ante las tareas que tengo que realizar en el hogar o el trabajo, me siento más viva”.

De esta manera cada tarde, niños, jóvenes y adultos se reúnen en una plazoleta al aire libre, donde solo se escuchan las instrucciones del instructor Juan Carlos, quien en esta misión llena de amor y sin beneficios económicos va transmitiendo con cada ejercicio calma, energía y vida.

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