jueves, 28 de marzo de 2013

El porqué de mi canto



Maylenis Oliva Ferrales   SOCIEDAD / Cultura

Una joven discapacitada que ama el arte y hace de él su modo de expresión

Yumicel lleva una vida activa y alegre.
Es fácil encontrarla entre acordes porque la música le apasiona, le viene dada en el alma como un don único que cobra vida en una voz melódica de timbre afinado con la que seduce al público.

Pero el suyo es un canto diferente, lleno de fuerza y convicción. La naturaleza le negó el derecho a caminar o danzar con fluidez, pero en cambio le regaló a Yumicel de La Rosa, una joven bayamesa, el poder de interpretar con soltura, sones, baladas, guarachas y salsa.

Para esta joven de 25 años,  la condición de discapacitada producto a una parálisis cerebral infantil, no ha constituido una barrera que limite su desarrollo profesional, ni su vocación por el arte, la cual cultiva desde la afición.

Con su silla de ruedas, hace ya cuatro años, Yumicel ejerce el magisterio como instructora de Arte en el Seminternado Orlando Lara Batista, donde imparte la asignatura de Apreciación y Creación de la Música, además de Talleres interdisciplinarios.

A la par de su faena como docente, materializa también, la pasión que tiene por el canto, al formar parte del movimiento de Artistas Aficionados de La Casa de la Cultura de Bayamo, desde donde comenzó una carrera artística aún joven, pero con prometedor futuro.

Recientemente galardonada en el Festival “Canción para una ventana”, con una mención especial a la mejor interpretación, tras haber defendido la obra “Pena mía”, Yumicel de La Rosa, ejemplo de superación, demuestra con su actitud diaria que no existen obstáculos superiores a los sueños propios.
El reconocimiento público por su destacada participación
en eventos artísticos es una
reconfortante experiencia para Yumicel

Con una sonrisa en los labios, esta joven accedió a comentar sobre sus vivencias como discapacitada y proyectos como artista.

¿Cómo descubriste que tenías aptitudes para el canto?

“Lo descubrí desde  pequeña. Yo estudiaba en la Escuela Especial de niños con Discapacidades Físico Motoras “Solidaridad con Panamá”, en la capital del país y un día aparecieron allí, los directores de la Compañía Infantil “La Colmenita”, quienes iban a realizar un casting y fui escogida.

“Me convertí en fundadora del grupo de teatro de la Compañía y en medio de los ensayos y la preparación descubrieron que tenía buena voz para el canto, así comencé a practicarlo desde los 7 años.

“También con el grupo aprendí de actuación y durante los 8 años que pertenecí a La Colmenita viví experiencias maravillosas en el mundo del arte que fue lo que me motivó  a seguir esta línea”.

Pero La Colmenita tiene un tiempo límite, ¿qué pasó después y cómo llegaste a insertarte en la música?

“Cuando terminé la Secundaria me presenté a la prueba de aptitud para la carrera de Instructor de Arte y vine a estudiarla aquí en Bayamo porque era donde estaba mi familia.

“Al terminar la escuela me inserté a la casa de la Cultura como aficionada al canto y ahí he ido perfeccionando y educando mi voz con la ayuda de profesores de coro y canto, que nos atienden todos los martes.

“Participé en el 2012 en el Festival Nacional de la ACLIFIN en Pinar del Río, donde obtuve el primer lugar, además de  otros festivales en años anteriores en Guantánamo y Holguín, donde  obtuve premio y aquí en Bayamo, donde fui merecedora del  premio de la popularidad”.

Una experiencia que te haya marcado…

“Tengo una peña comunitaria “El porqué de nuestro canto”, que surgió a raíz del proyecto de investigación con el que me gradué, titulado “La integración social de escolares con discapacidades físico-motoras del Consejo Popular donde vivo, Rosa La Bayamesa.

“Gracias a este proyecto, el cual ha tenido un gran impacto en la comunidad, pude participar en el Evento Nacional de personas con Discapacidad Severa.

“Allí pude presentar mis vivencias como persona con discapacidad y hablar sobre los logros que he obtenido a pesar de los obstáculos. Eso fue una experiencia inolvidable, porque pude compartir y conocer otras impactantes historias de vida”.

¿En qué consiste la peña El porqué de nuestro canto?

“La peña la realizo dos veces al año. Consiste en trasladar los niños de la comunidad a la escuela y viceversa, pero en el trayecto nos integramos aficionados de la Casa de la Cultura y en ese espacio que creamos se arma una gran fiesta que incluye numerosas manifestaciones artísticas como la danza, el teatro, la plástica y la música.

“También participan en la peña el INDER  y las integrantes del proyecto de artesanía y corte y costura Juan Moreno, quienes muestran sus habilidades a los niños y finalmente yo interpreto algunas de las canciones de mi repertorio.

“Nunca tiene un tiempo determinado, porque a medida que van ocurriendo las actividades se extiende y en ocasiones hasta por varias horas y se convierte todo en una gran descarga musical”.

Has demostrado que tu discapacidad no es una limitación para desenvolverte en el marco profesional y artístico, sin embargo, ¿cómo lo logras?

“Es difícil, pero no imposible, lo que hay es que ponerse metas y tratar de cumplirlas. Además siempre pongo en orden mis prioridades, primero la escuela, después el canto y luego yo”.

¿Cómo se desenvuelve Yumicel como Educadora y qué estrategias buscas para impartir la docencia?

“Sobre todo converso bastante con mis estudiantes porque no puedo mantenerme mucho tiempo de pie. Trato también de ponerme de ejemplo, no como la mejor, sino para que ellos vean lo que uno puede hacer cuando se propone cosas.

“Recuerdo que al principio, cuando me gradué y comencé a hacer mi adiestramiento en un Círculo Infantil, fue bastante complicado, pues los niños me preguntaban qué por qué estaba así (en silla de ruedas) y yo  les decía: esto me pasa por no haberme comido toda la papa cuando era pequeñita así como ustedes. Esta fue una de las estrategias que encontré para que ellos se alimentaran”.

Géneros que te faltan o te gustaría hacer

“Me falta creo que el reguetón, pero no es mi fuerte  y nunca he interpretado una bachata, eso sí me gustaría incluirlo en mi repertorio”.

¿Cuáles son los autores que prefieres interpretar?

“De aquí de la provincia tengo el honor de ser alumna de Idanis Ortiz, una excelente cantautora y Aníbal, otro creador, que se acercó a mí para que defendiera su tema en el recién concluido Festival “Canción para una ventana”.

“Canto también temas de la música popular cubana, además de interpretar números de artistas internacionales como Marco Antonio Solíz, Mirian Hernández y otros, pero siempre con las adaptaciones a mi voz y estilo”.

¿Te atreverías en algún momento a componer tus propios temas?

“Sí, me gustaría y es algo que debo proponerme, porque la música uno la puede recrear lo mismo cantándola que escribiéndola. Aún no me ha bajado la musa, pero espero que en algún momento ocurra”.

 ¿Cuáles son los retos más cercanos a los que debe enfrentarse Yumicel?

“Me estoy preparando para presentarme en las audiciones nacionales para hacerme profesional, las cuales se realizarán próximamente por acá.

¿Qué disfrutas además de cantar y dar clases?

“Me encanta bailar, aunque parezca irónico y no sea muy buena en ello, también disfruto muchísimo las interpretaciones de otros cantantes, las exposiciones de artes y de vez en vez leer un libro”.

Aunque Yumicel se apoya de un andador para caminar tramos cortos, su principal sostén lo constituyen sus padres, en especial su madre Aracelis, quien abandonó su trabajo para estar junto a ella y trasladarla hacia todos los lugares donde se presenta o realiza sus actividades.

¿Qué rol han desempeñado tus padres en tu crecimiento como artista?

“A ellos ante todo le debo la vida y cada uno de mis pequeños logros. Son mi motor impulsor cada vez que he creído no poder más y ahí están para demostrarme que sí es posible continuar…

“Hubo una etapa muy difícil en mi vida que fue cuando tuve que trasladarme de la Escuela Especial a la de instructores, porque allí descubrí que son más dañinas las barreras psicológicas que las físicas.

“En la escuela te instructores todo era muy diferente, porque yo venía de una institución donde los demás alumnos tenía limitaciones similares a las mías y allí yo era la única “distinta” y realmente no estaba muy preparada para chocar con esa nueva realidad.

“Muchos me miraban y trataban de forma diferente y para sobreponerme y seguir adelante conté con el apoyo incondicional de mis padres, a quienes les debo en gran medida el haberme graduado y el hoy poder cantarle con orgullo a la vida”.

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